AZIMUT muestra la Galicia plural y diversa de la mano de Ángel Corral
El proyecto, dirigido por nuestro socio Ángel Corral, pretende desarrollarse como un escaparate cultural que muestre la Galicia más plural y diversa, combinando arquitectura con interpretaciones de artistas gallegos, tradición y vanguardia, destacando el patrimonio natural, humano y cultural.
AZIMUT son una serie de conciertos íntimos para ver online en los que se resalta el paso del tiempo en diferentes espacios arquitectónicos gallegos que fueron testigos de una historia y que por diferentes circunstancias se encuentran actualmente en estado de abandono o desuso. El proyecto pretende fusionar este pasado con intervenciones de artistas gallegos de diferentes disciplinas y acercar la vanguardia a estos lugares para resignificarlos. Ángel Corral se ocupa de la dirección creativa, dirección de arte y diseño gráfico junto a Adrián Fragueiro (encargado de la producción) de la empresa Doppler Gestión Cultural.
El proyecto se plasma a través de cápsulas digitales que combinan el live show con la performance. Poemas visuales sin público que buscan mostrar la experiencia global de la historia y la interpretación de los artistas en cada lugar. Son piezas para el disfrute digital, rápidas, directas y virales, con una duración de 5 a 15 minutos que se visualizan a través de Youtube, Instagram y Facebook
Han realizado ya dos cápsulas. La primera, en los altos hornos y minas de A Pontenova en Lugo, está protagonizada por MouQup, la cantante y compositora franco-gallega Camille Hédouin y EQX, el misterioso dúo de sonidos experimentales. A Pontenova ha transformado su pasado minero en atractivas rutas de senderismo que transcurren por túneles y antiguas vías de tren. En esta localidad, se potencia el patrimonio industrial en torno a los Hornos de Vilaoudriz, símbolo de la historia de la Galicia minera.
La segunda cápsula se desarrolla en el Poblado de San Cristovo, en Chandrexa de Queixa, en Ourense, y está protagonizada por los hermanos Yugen Kala, en el foco de la vanguardia internacional de la música electrónica, junto con la artista visual y programadora Marta Verde. San Cristovo está formado por 12 viviendas, con garajes y gallineros, destinadas a alojar a los trabajadores de la empresa hidroeléctrica Saltos de Sil. Llaman la atención el casino, la piscina o la gran iglesia en el centro, vestigios de la grandiosidad del poblado en aquella época que, hasta finales de los 70, estuvo lleno de vida.