Homes sentados
El artista Carlos Rodríguez-Méndez les pide a hombres mayores de 70 años residentes en Madrid que emitan un sonido continuado e inteligible durante un minuto mientras son fotografiados y grabados en vídeo cenitalmente.
Hombres sentados busca la inserción artística en los cuerpos extremadamente vividos de hombres. Estos son interpretados como un intenso material físico y emocional. Sus sonidos irrumpen sobre el proyecto, procuran una información real y tangible de esos cuerpos con los que seguir analizando el lenguaje y los principios procesuales de la escultura en sí. A Carlos Rodríguez-Méndez le interesa a fisicidad del cuerpo vivido, entiende su carga, la intensidad de su materialidade y le causa un profundo respeto. El ofrecimiento voluntario de cada hombre, mediante la disposición de su cuerpo corpo y el hecho de filmarlos cenitalmente, ahonda en el análisis sobre el profundo anonimato que persigue. Interpreta esta perspectiva de las cabezas como un espacio extremadamente privado y para eso precisa del deseo voluntario de cesión, de intrusión en él. Recurre a materiales que interpreta como sostenidos en una tensión real entre la obstinación y la caída.