Todo el tiempo del mundo fue un encargo de Los Libros de Rocamadour, una asociación cultural enfocada a la lectura y a la edición de obras singulares. En este empeño, buscan extraer de cada proyecto, los principios esenciales que potencien el conjunto, buscando obtener un resultado, no solo atractivo, sino significativo.
Todo el tiempo del mundo fue la primera novela de Manuel Olveira, licenciado en Historia del Arte y en Bellas Artes, director del Centro de Producción y Residencias Artísticas Hangar (Barcelona, 2001–2005), del Centro Gallego de Arte Contemporánea, CGAC (Santiago de Compostela, 2004-2009), del Ágora, Centro Cultural para el Progreso Social (A Coruña, 2010-2011) y, desde 2013 hasta estos días, del Museo de Arte Contemporánea de Castilla y León, MUSAC. Con esto quiero señalar que el libro a diseñar, no podía enfocarse como un libro cualquiera. Continente y contenido tenían que responder a un concepto común, adecuarse al sentido y a la estética de la novela.
Así, por un lado fue el agua como elemento y fuente de vida el elemento aglutinador, por otro, el propio tacto del volumen, aparentemente uniforme, hasta que lo tienes en las manos.
